Cuando uno piensa en playas ecuatorianas, nombres como Montañita o Salinas suelen venir primero a la mente. Pero hay un rincón que brilla con luz propia —literalmente— y que aún permanece casi virgen: Playa Rosada, un secreto bien guardado de la provincia de Santa Elena. 🌅🌸
Una playa que parece pintada
Lo que hace única a Playa Rosada es su arena. Bajo ciertos ángulos de luz, y gracias a una mezcla natural de coral pulverizado y minerales marinos, la playa adquiere un tono rosado suave y brillante, especialmente al amanecer o al atardecer. Es como ver un filtro de Instagram… pero real. 😍✨
Rodeada de formaciones rocosas, vegetación costera y aguas de un azul profundo, esta playa tiene algo que muchas han perdido: tranquilidad total. No hay parlantes, no hay vendedores insistentes. Solo el sonido del mar, las gaviotas y la brisa salada que acaricia la piel.
Cómo llegar
Se encuentra cerca de la comuna Ayangue, a unos 15 minutos en auto por caminos de tierra que cruzan colinas secas. Al no estar señalizada, muchos pasan de largo sin saber que un paraíso los observa desde las sombras. Por eso es ideal ir con alguien que conozca la zona o usar GPS con coordenadas específicas. 🚗🗺️
Ideal para desconectar (de verdad)
Aquí no hay cobertura de celular. No hay internet. Es solo tú, el mar, y ese tono rosado que parece salido de un sueño. Es perfecta para caminatas solitarias, lecturas a la sombra de un sombrero, o simplemente para mirar el horizonte sin pensar en nada. 🧘♀️🌊
La playa también es un gran punto para el snorkel, ya que sus aguas claras permiten ver peces de colores y pequeños arrecifes. Y si tienes suerte, podrías ver delfines jugueteando en la distancia.
Un rincón que debes cuidar
Playa Rosada se mantiene hermosa porque aún no ha sido invadida por el turismo masivo. Si decides visitarla, llévate tu basura, respeta la naturaleza y contribuye a mantenerla como lo que es: una joya oculta del Pacífico ecuatoriano.
.jfif)